Durante los últimos 20 años hemos asistido al nacimiento e implantación de las empresas de comunicación y agencias de relaciones públicas. Las hemos visto nacer, crecer, transformarse y complementarse con la publicidad, e, incluso, sustituirla, a la hora de construir y defender MARCAS.
El cambio radical, con la llegada de la era digital y las nuevas costumbres en la sociedad, ha supuesto un nuevo reto para las empresas como la nuestra, que hemos entendido y asumido la necesidad de defender no sólo los datos económicos de dichas MARCAS, sino su REPUTACIÓN, convirtiéndola en su valor principal, y poniendo a su disposición todos los instrumentos de la Comunicación Corporativa para alcanzar dicho fin. Herramientas tradicionales y últimas tecnologías se unen, por tanto, y nos ofrecen a los profesionales del sector de la comunicación empresarial e institucional la posibilidad, en un mundo globalizado, de dar a conocer con total transparencia los entresijos de dichas organizaciones. Como hemos dicho antes, no sólo su valor en Bolsa, sino su contribución al Medio Ambiente, el trato a los empleados, a sus líderes, etc..
Y es que hoy en día, las MARCAS no son lo que los DIRCOM decimos de ellas, ni lo que vendemos en la publicidad de las Campañas de Medios que planificamos. Las MARCAS son en la actualidad lo que dicta la sociedad a través de las comunidades digitales, redes sociales…, en definitiva, a través de la interconectividad de los diferentes grupos de interés.
Nuestro papel como DIRCOM se convierte, por tanto en imprescindible, la inmediatez del control de los comentarios, las reacciones y su monitorización son nuestro principal objetivo, a la vez que desplegar nuestras habilidades profesionales en la gestión de conversaciones y diálogos, así como de creadores de contenidos lo suficientemente interesantes para que obtengan la repercusión social buscada. En este sentido, el papel de los empleados también se convierte en fundamental, a la hora de contar en positivo su propia experiencia dentro de la organización a la que pertenece.
Por tanto, consumidores, empleados y clientes hablan libremente de la MARCA y los profesionales de la Comunicación llevamos el control de dichas opiniones para no perderlo. Es un trabajo complicado, pero que a la vez nos ofrece la posibilidad de posicionar a nuestros CLIENTES, realzando sus principales valores: integridad, transparencia, honestidad, honradez y compromiso. Se crea, así, un vínculo –una relación- totalmente transparente con estos grupos de interés, con el principal objetivo de conseguir su opinión favorable y reconocimiento.
Estrella León
